¿Dolor de Espalda? Conoce la Espondilosis Deformante

¿Dolor de Espalda? Conoce la Espondilosis Deformante

Mal llamada Espondilitis Anquilosante, debemos aclarar e informar que la espondilitis anquilosante es una enfermedad que solo se ha identificado en seres humanos y no hay evidencia de que se presente en perros u otras especies animales. Por lo tanto, no existe tal condición.

Sin embargo, hay otras enfermedades de la columna vertebral y las articulaciones que pueden afectar a los perros, como la displasia de cadera, la espondilosis deformante, la enfermedad degenerativa del disco intervertebral y la osteoartritis. Si tu perro presenta síntomas de dolor de espalda, rigidez, dificultad para moverse o cojera, es importante que lo lleves al veterinario para un diagnóstico adecuado y tratamiento apropiado. El veterinario puede realizar pruebas diagnósticas, como radiografías o resonancias magnéticas, y recomendar opciones de tratamiento, que pueden incluir medicamentos, fisioterapia o cirugía en casos graves.

así que hoy hablaremos de la Espondilosis deformante….

¿Qué es la Espondilosis deformante?

La espondilosis deformante en perros es una enfermedad que afecta a la columna vertebral y se caracteriza por un engrosamiento y endurecimiento de los discos intervertebrales, lo que puede provocar la formación de hueso nuevo y la fusión de las vértebras adyacentes. Esta afección es más común en perros mayores y de razas grandes como el Labrador Retriever, Boxer, el Pastor Alemán y el Rottweiler, entre otros.

Síntomas de la espondilosis deformante en perros

Los síntomas de la espondilosis deformante en perros pueden variar dependiendo de la gravedad de la enfermedad y la ubicación de los cambios en la columna vertebral. Algunos síntomas comunes pueden incluir:

  1. Rigidez en la columna vertebral: los perros con espondilosis deformante pueden tener dificultad para moverse y pueden tener rigidez en la columna vertebral.
  2. Dolor de Espalda: la espondilosis deformante puede causar dolor en la columna vertebral del perro, especialmente al moverse o al ser tocado.
  3. Cojera: algunos perros con espondilosis deformante pueden cojear debido a la debilidad o pérdida de movilidad en las extremidades.
  4. Dificultad para saltar o subir escaleras: debido a la rigidez y dolor en la columna vertebral, algunos perros con espondilosis deformante pueden tener dificultad para saltar o subir escaleras.
  5. Deformidad en la columna vertebral: en casos graves, la espondilosis deformante puede causar una deformidad en la columna vertebral del perro.

¿Qué la Causa? 

La espondilosis deformante en perros es una afección causada por el proceso de envejecimiento natural del perro y la degeneración de los discos intervertebrales y las articulaciones de la columna vertebral. Con el tiempo, los discos intervertebrales pueden perder su elasticidad y capacidad para absorber impactos, lo que puede provocar una compresión de los nervios y una reducción del espacio disponible para las raíces nerviosas que emergen de la columna vertebral.

La acumulación de tejido óseo adicional en las vértebras, conocida como osteofitosis, puede también contribuir a la espondilosis deformante. El exceso de tejido óseo puede causar una disminución del espacio disponible para las raíces nerviosas y una disminución de la flexibilidad de la columna vertebral.

La espondilosis deformante es más común en perros mayores y de razas grandes, y también puede estar relacionada con factores hereditarios y ambientales. Los perros con un historial de lesiones en la columna vertebral, como fracturas o hernias de disco, también pueden tener un mayor riesgo de desarrollar espondilosis deformante.

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Diagnóstico de la espondilosis deformante en perros

El diagnóstico de espondilosis deformante en perros generalmente se realiza mediante una combinación de examen físico, historial clínico del perro y pruebas diagnósticas. El veterinario realizará un examen físico completo del perro y puede realizar pruebas para evaluar la flexibilidad y la movilidad de la columna vertebral, así como para detectar signos de dolor, debilidad o cojera.

El historial clínico del perro también puede proporcionar información importante sobre los síntomas y el curso de la enfermedad. El veterinario puede preguntar sobre el historial de lesiones o enfermedades previas, así como sobre el estilo de vida y la actividad del perro.

Las pruebas diagnósticas pueden incluir radiografías, resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC). Las radiografías pueden ayudar a detectar cambios en la columna vertebral, como la presencia de osteofitos o la reducción del espacio intervertebral. La RM o la TC pueden proporcionar una imagen más detallada de la columna vertebral y pueden ayudar a detectar lesiones en los nervios o los discos intervertebrales.

Además, el veterinario puede realizar análisis de sangre u orina para evaluar la función renal y hepática del perro, y para detectar cualquier posible enfermedad subyacente que pueda estar contribuyendo a los síntomas.

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¿Tiene tratamiento?

El tratamiento de la espondilosis deformante en perros depende de la gravedad de la enfermedad y los síntomas del perro. Algunas opciones de tratamiento pueden incluir:

  1. Medicamentos: el veterinario puede recetar medicamentos antiinflamatorios o analgésicos para aliviar el dolor y la inflamación en la columna vertebral del perro.
  2. Terapia física: la terapia física puede incluir ejercicios de movilidad, masaje y estiramientos para ayudar a mantener la flexibilidad y reducir la rigidez en la columna vertebral del perro.
  3. Cirugía: en casos graves, la cirugía puede ser necesaria para corregir la deformidad de la columna vertebral y mejorar la movilidad del perro.
  4. Cambios en el estilo de vida: algunos cambios en el estilo de vida pueden ayudar a reducir los síntomas de la espondilosis deformante en perros, como la pérdida de peso y evitar actividades que puedan causar dolor o lesiones en la columna vertebral.

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¿Tos de las perreras? Traqueobronquitis Infecciosa Canina ¿Debo preocuparme? ¿ Es peligrosa?

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¿Qué es la tos de las perreras y cual es su principal causa?

La tos de las perreras, también conocida como traqueobronquitis infecciosa canina, es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa que afecta a los perros. La causa principal de la tos de las perreras es una infección bacteriana o viral que afecta las vías respiratorias superiores, incluyendo la tráquea y los bronquios. Los agentes infecciosos más comunes implicados en la tos de las perreras son el virus de la Parainfluenza canina y la bacteria Bordetella bronchiseptica.

El virus de la Parainfluenza canina es un virus altamente contagioso que se transmite de perro a perro a través del aire, por contacto directo con perros infectados, o mediante objetos contaminados. Este virus afecta el sistema respiratorio de los perros, causando inflamación de las vías respiratorias superiores y provocando la típica tos de las perreras. La bacteria Bordetella bronchiseptica es otra causa común de la tos de las perreras. Esta bacteria se propaga principalmente por contacto directo con perros infectados o a través del aire, y también puede ser transmitida por objetos contaminados. La Bordetella bronchiseptica coloniza las vías respiratorias de los perros y produce una inflamación en la tráquea y bronquios, lo que resulta en la tos característica de la tos de las perreras.

¿Qué Signos y Síntomas Produce?

Los signos y síntomas de la tos de las perreras pueden variar en severidad y presentación en diferentes perros, pero generalmente incluyen:

  1. Tos seca y persistente: La tos es el síntoma más característico de la tos de las perreras. Por lo general, es una tos seca, similar a la tos de un perro «quejándose» o intentando despejar su garganta. La tos puede ser continua o intermitente, y puede empeorar con la actividad física o la excitación.
  2. Estornudos: Algunos perros afectados por la tos de las perreras también pueden presentar estornudos frecuentes, ya que la infección puede irritar las vías respiratorias superiores.
  3. Secreciones nasales: Algunos perros pueden presentar secreciones nasales claras o mucosas debido a la inflamación de las vías respiratorias superiores.
  4. Conjuntivitis: La tos de las perreras también puede estar acompañada de conjuntivitis, que se manifiesta como enrojecimiento, inflamación o descarga de los ojos.
  5. Letargo: Los perros afectados por la tos de las perreras pueden mostrar signos de letargo, debilidad o disminución del apetito debido a la infección y la inflamación en su sistema respiratorio.
  6. Fiebre: En algunos casos, los perros con tos de las perreras pueden presentar fiebre, aunque no siempre es un síntoma presente.

Es importante tener en cuenta que estos signos y síntomas pueden ser similares a otras enfermedades respiratorias en los perros, por lo que es fundamental que un veterinario realice un diagnóstico preciso a través de un examen clínico completo, pruebas de laboratorio y evaluación de la historia clínica del perro.

Es importante mencionar que en algunos perros, especialmente aquellos con sistemas inmunológicos debilitados o condiciones médicas preexistentes, la tos de las perreras puede progresar a una infección más grave del tracto respiratorio inferior, como neumonía, lo que puede presentar signos clínicos más graves y potencialmente poner en peligro la vida del animal.

Si se sospecha que un perro tiene tos de las perreras, se debe buscar atención veterinaria de inmediato para un diagnóstico y tratamiento adecuados. Además, se debe seguir el protocolo de aislamiento y prevención adecuado para evitar la propagación de la infección a otros perros.

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¿Cómo entonces se diagnostica?

 

La tos de las perreras se propaga fácilmente en entornos con muchos perros, como perreras, refugios para animales, parques para perros y lugares de cuidado de mascotas. El diagnóstico de la tos de las perreras suele realizarse mediante una combinación de la historia clínica del perro, los signos clínicos y los hallazgos en el examen físico, así como pruebas de laboratorio específicas. Aquí se describen los principales métodos de diagnóstico utilizados para identificar la tos de las perreras en los perros:

  • Evaluación clínica: El veterinario realizará una evaluación clínica completa del perro, tomando en cuenta los signos clínicos presentes. Los síntomas comunes de la tos de las perreras incluyen tos seca, persistente y retching (arcadas), estornudos, secreción nasal y ocular, y posiblemente fiebre. La historia clínica del perro, incluyendo la exposición a otros perros en lugares como perreras o parques, también será tomada en consideración.
  • Examen físico: Durante el examen físico, el veterinario puede detectar signos específicos de la tos de las perreras, como sensibilidad alrededor de la tráquea o ruidos anormales en los pulmones al auscultar con un estetoscopio. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los signos clínicos y el examen físico pueden ser similares a otras enfermedades respiratorias en los perros, por lo que no son suficientes para un diagnóstico definitivo.
  • Pruebas de laboratorio: Para confirmar el diagnóstico de la tos de las perreras, se pueden realizar varias pruebas de laboratorio, que incluyen:

 

      1. Cultivo bacteriano: Se puede realizar un cultivo bacteriano de muestras de las vías respiratorias del perro, como hisopos nasales o muestras de tos, para identificar la presencia de la bacteria Bordetella bronchiseptica, que es uno de los agentes causales más comunes de la tos de las perreras.
      2. Pruebas de PCR: La reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés) es una técnica de laboratorio que permite detectar y amplificar el material genético de los agentes infecciosos, como virus y bacterias. Se puede realizar una PCR para detectar la presencia del virus de la Parainfluenza canina u otros agentes infecciosos implicados en la tos de las perreras.
      3. Serología: La serología es una prueba que mide los niveles de anticuerpos en el suero sanguíneo del perro. Se pueden realizar pruebas serológicas para detectar la presencia de anticuerpos contra el virus de la Parainfluenza canina u otros agentes causales de la tos de las perreras, lo que puede indicar una infección previa o activa.

Es importante tener en cuenta que los resultados de las pruebas de laboratorio pueden variar y no siempre son definitivos, ya que la tos de las perreras es causada por una combinación de virus y bacterias, y la presencia de anticuerpos o material genético puede no ser detectable en todas las etapas de la enfermedad. Además, algunos perros pueden tener infecciones mixtas con varios agentes, lo que puede complicar el diagnóstico.

En algunos casos, el veterinario puede basar el diagnóstico de la tos de las perreras en la presencia de signos clínicos típicos y la exposición a otros perros en lugares donde la enfermedad es común, sin necesidad de realizar pruebas de laboratorio adicionales. Sin embargo, en otros casos, especialmente cuando los signos clínicos son inespecíficos o se sospecha de otras enfermedades respiratorias, las pruebas de laboratorio pueden ser necesarias para confirmar el diagnóstico.

Es importante recordar que la tos de las perreras es una enfermedad altamente contagiosa, por lo que es importante mantener a los perros afectados en cuarentena y seguir las medidas de prevención, como la vacunación y la higiene adecuada en lugares donde hay una alta concentración de perros. Si sospechas que tu perro pueda tener tos de las perreras, es fundamental acudir a un veterinario para un diagnóstico preciso y un adecuado manejo de la enfermedad.

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Tratamiento y Prevención de la Tos de las Perreras

Tratamiento:

El tratamiento de la tos de las perreras generalmente se enfoca en aliviar los síntomas y controlar las posibles infecciones bacterianas secundarias. Dependiendo de la gravedad de la enfermedad, el veterinario puede recomendar una combinación de los siguientes enfoques:

  • Medicamentos para la tos: Los antitusígenos y broncodilatadores pueden ser utilizados para aliviar la tos y abrir las vías respiratorias, lo que puede ayudar a reducir la irritación y la inflamación en las vías respiratorias del perro.
  • Antibióticos: Si se sospecha o se confirma una infección bacteriana secundaria, se pueden prescribir antibióticos para combatir la infección. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los antibióticos no son efectivos contra los virus, que son una causa común de la tos de las perreras.
  • Antiinflamatorios: Los medicamentos antiinflamatorios, como los corticosteroides, pueden ser utilizados para reducir la inflamación en las vías respiratorias del perro, lo que puede ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la respiración.
  • Terapia de apoyo: En algunos casos, pueden ser necesarios tratamientos de apoyo, como nebulizaciones con medicamentos, humidificación del ambiente o suplementos nutricionales para fortalecer el sistema inmunológico del perro.

Prevención:

La prevención es una parte importante en el manejo de la tos de las perreras, especialmente en entornos donde hay una alta concentración de perros. Aquí hay algunas medidas preventivas que se pueden tomar:

  • Vacunación: La vacunación es una herramienta clave en la prevención de la tos de las perreras. Existen vacunas disponibles que protegen contra los agentes infecciosos más comunes que causan la enfermedad, como el virus de la parainfluenza canina y la bacteria Bordetella bronchiseptica. Consulta con tu veterinario para determinar el programa de vacunación adecuado para tu perro, especialmente si frecuenta lugares donde hay un mayor riesgo de exposición, como perreras, refugios o parques para perros.
  • Evitar la exposición: Reducir la exposición de tu perro a otros perros infectados puede ser una forma efectiva de prevenir la tos de las perreras. Evita el contacto con perros enfermos o sospechosos de tener la enfermedad, y si tu perro está enfermo, manténlo en cuarentena para evitar la propagación de la infección.
  • Higiene adecuada: Mantener una buena higiene en el entorno de tu perro es importante para prevenir la tos de las perreras. Limpia regularmente los platos de comida y agua de tu perro, su cama y otros objetos que puedan estar en contacto con otros perros. Lávate las manos después de estar en contacto con perros enfermos o antes de manipular a tu propio perro, especialmente si ha estado expuesto a otros perros.
  • Fortalecer el sistema inmunológico: Un sistema inmunológico fuerte puede ayudar a prevenir la tos de las perreras en los perros. Proporcionar una alimentación equilibrada, asegurar que tu perro tenga suficiente ejercicio y descanso adecuado, y minimizar el estrés son algunas medidas que pueden ayudar a mantener un sistema inmunológico saludable en tu perro.
  • Ventilación adecuada: Mantener una buena ventilación en los espacios donde se encuentran los perros, como perreras o refugios, puede ayudar a reducir la concentración de agentes infecciosos en el aire y prevenir la propagación de la enfermedad.
  • Visitar regularmente al veterinario: Realizar chequeos regulares con tu veterinario y mantener al día las vacunas y desparasitaciones recomendadas para tu perro es una parte importante de la prevención de la tos de las perreras. Tu veterinario podrá brindarte orientación sobre las medidas preventivas adecuadas para tu perro, según su estilo de vida y riesgos específicos.

En resumen, el tratamiento de la tos de las perreras se enfoca en aliviar los síntomas y controlar las infecciones bacterianas secundarias, mientras que la prevención se basa en la vacunación, evitar la exposición a perros infectados, mantener una buena higiene y fortalecer el sistema inmunológico de tu perro. Consulta siempre con tu veterinario para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento y prevención adecuado para tu perro. 

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